La base de toda soda es el agua carbonatada. Nuestra agua mineral, proveniente de manantiales en Tehuacán y de las faldas del Iztaccíhuatl en el estado de Puebla, es rica en minerales benéficos para el organismo y al ser baja en sodio, es doblemente saludable. La mineralización del agua ocurre naturalmente, con un proceso que necesita mucho tiempo para alcanzar las notas frescas alcalinas del agua natural de manantial. Carbonatamos a punto medio para disfrutar de una sensación inolvidablemente refrescante.
La infusión de la madera de la chinchona se utiliza desde el siglo XVIII para curar la malaria y también desde ese entonces para crear los mejores cocteles del mundo. Buscando resaltar las notas cítricas y los tonos amaderados de la corteza de la chinchona roja colombiana, añadimos aromas de cáscaras de diversos cítricos, un gasificado a punto y un poco de azúcar natural de caña; obteniendo así una bebida con un amargor agradable, perfumado, con tonos frescos y una exquisita sensación de profundidad en el paladar, convirtiéndose en un agua tónica refinada y excepcional.
Zacatecas es el principal productor en México de este fruto, el clima templado subhúmedo es ideal para el desarrollo de este fruto jugoso y de buen color, con una acidez ligera y un dulzor más dominante. Extraemos el jugo del Damasco, lo mezclamos con jugo de caña de azúcar, carbonatamos levemente para no perder los aromas naturales una vez abierto. El resultado es una soda fresca, balanceada, aromática y floral.
Inspirado en las llamadas “Ginger Beers” nacidas en las colonias inglesas, alrededor del siglo XVIII, combinamos raíces de jengibre chiapaneco con diversos cítricos y especias endémicas de Asia y América con el jugo de la caña de azúcar.
Su sabor es aromático y floral en el paladar, con notas dulces y silvestres de la caña de azúcar, al final deja una agradable y deliciosa sensación de picor en la garganta propia del jengibre.
El fruto del árbol de litchi, conocido como “fruto de los reyes” fue traído a México por inmigrantes chinos a mediados de 1800. Creamos esta soda a partir de una infusión intensa de litchi de Sinaloa y añadimos moderadamente azúcar natural de caña. Moderadamente carbonatada para resaltar el delicioso y característico sabor fresco y perfumado que recuerda al sabor de los frutos del trópico. Por las características climáticas en México, la producción nacional es considerada de las mejores en el mundo.
Existen tres variantes: la roja, la rosada y la blanca. El estado de Michoacán ofrece todo tipo de cítricos de excelente calidad y es de los principales productores en México de este fruto. Nuestra soda de toronja de Michoacán, es una mezcla del jugo de dos variantes de este fruto, la roja y la blanca; la roja por su distintivo sabor dulce e intenso y la blanca por la intensidad de su olor; el agua es medianamente carbonatada y se le agrega azúcar de caña para redondear el sabor.
Esta soda fue creada con jugo natural de la pulpa de maracuyá veracruzano, mezclamos jugo de caña de azúcar; carbonatamos medianamente el agua, esto acentúa las notas tropicales propias y distintivas de este fruto. La zona de Veracruz provee frutos de la pasión de excelente calidad, gracias a la riqueza del suelo, consecuencia de la gran diversidad climática, de flora y fauna.
Nuestra soda es hecha con el jugo de este fruto, traído de Nayarit, endulzamos levemente con jugo de caña de azúcar y carbonatamos a punto para una efervescencia constante en el paladar. Una joya única del continente americano, con notas olfativas tropicales y frutales, de color pálido y textura sedosa en boca.